6. Los Partidos Políticos


A. La Opinión Pública

El concepto de Opinión Pública y su role en el gobierno es uno de los más controversiales en el campo de las dinámicas políticas, aun no estando clara su función. Es un concepto muy antiguo, desde griegos y romanos "vox populi, vox Dei", hasta la expresión napoleónica: "la opinión gobierna sobre todo". La filosofía democrática llevó en el Siglo XIX a varias generalizaciones al respecto de la definición de opinión pública: a) el público está interesado en las políticas públicas; b) ha sido informado; c) delibera y busca conclusiones racionales; d) la racionalidad concebida de las opiniones personales tenderá a hacerse uniforme a través del orden social; e) el público, una vez a arribado a sus conclusiones, las hará saber a través de encuestas y donde sea; f) los deseos del público, o al menos de las mayorías, estarán enmarcadas dentro de la ley; g) la continua vigilancia y crítica asegurará el mantenimiento de una opinión pública clara y como resultado una política pública basada en los principios de la moralidad social y la justicia [Rodee].

Varias escuelas de pensamiento han cuestionado lo real de los conceptos tradicionales. El pragmatismo histórico sostiene que en ningún momento en la historia se ha logrado unanimidad absoluta entre la gente acerca de cualquier tema de importancia pública. El mecanicismo niega la posibilidad de crear una maquinaria política que pueda medir certeramente la opinión del público. La sociosicología examina el proceso por el cual las opiniones se formulan en las mentes individuales y se expresan a través de las dinámicas sociales de acción de grupo. La sicología y la sociología cuestionan la posibilidad de gobierno a través de la opinión de las masas [Rodee].

Modernamente, James Bryce ha observado que cuando se evidencia interés general en cuestiones públicas, las opiniones son formuladas por relativamente pequeños grupos de personas orientadas sobre una misión específica, que alcanzan un apoyo de aparente mayoría de ciudadanos. Lawrence Lowell desarrolló una teoría de disposiciones, tratando de explicar las relaciones entre la actitud de la gente frente a un existente estado de los asuntos públicos, clasificando 4 grupos: reaccionarios (descontentos con lo actual y pesimistas con el futuro), conservadores (contentos con lo actual pero desesperanzados del futuro), liberales (satisfechos del presente y optimistas del futuro) y radicales (descontentos con el presente y esperanzados con el futuro). Walter Lippman sostiene que el público, a pesar de poseer poca información para formarse una opinión racional, se alinea a favor o en contra de una propuesta cuando ésta es conducida por un grupo o individuos (creadores de la opinión) capaces de liderar intelectualmente la cuestión. Según William Albig, la opinión pública "es la expresión de todos los miembros de un grupo que están prestando atención en cualquier forma a un asunto dado" [Rodee].

Los contenidos culturales de la opinión pública se fundamentan en la influencia de fondo que la familia, la escuela y la iglesia provee al individuo, con transmisión de valores que van desde prejuicios, supersticiones, rituales, tabúes, hasta preceptos de mucha valía para la convivencia social. Por otra parte, el comportamiento de opinión de un individuo puede llegar a variar diametralmente con el tiempo, y las opiniones pueden parecer inconsistentes, inestables y aun en conflicto entre sí. Se explica esta inestabilidad en ciertos modos del comportamiento personal tales como la racionalización (búsqueda de razones para justificar su conducta), identificación (aceptación de características de otra persona), proyección (lo opuesto a identificación, atribuir a otros acciones, motivos y emociones propias), desplazamiento (cambio de una idea, valor o emoción por otra como resultado de un conflicto o agresión que ha generado frustración), compensación (sustitución de una meta no accesible por otra alcanzable) y sublimación (lograda una compensación, puede adoptarse una actitud de rechazo a determinadas cosas reales o imaginarias que plagan la sociedad). W. Lippman menciona la influencia en la opinión pública por los estereotipos (imágenes en nuestra cabeza) que se construyen sobre simplificadas y a veces irracionales representaciones de ideas complejas [Rodee].

El traslado del consenso o decisión de un público dado en políticas públicas, o una crítica efectiva de ellas, es el gran logro de la opinión pública en el realismo de la política; para ello se utiliza la encuesta de opinión. Típico de los problemas técnicos para medir científicamente la opinión pública son el tamaño y naturaleza de la muestra que representa a todo el electorado, la serie de preguntas que no están incluidas pero que expresan una expresión verdadera del punto de vista de los entrevistados y la naturaleza de las circunstancias bajo las cuales la entrevista se conduce. El muestreo deberá tratar de incluir a todo el universo de opinión y ser escogidos al azar. Además, se tendrá en cuenta los tópicos y las preguntas, el sistemas de entrevista, incluyendo la votación secreta y las entrevistas grupales. Gallup comenta con relación a as encuestas que: a) aparentemente los funcionarios no abdican sus juicios a favor del resultado de las mismas; b) no cubren áreas de ignorancia en el electorado; c) chequean el poder de los grupos de presión; d) ayudan a los departamentos administrativos en hacer sus políticas; e) aceleran los procesos democráticos con reportes de opinión; f) ayudan a definir el mandato de la gente en las elecciones nacionales. [Rodee].

 

B. Los partidos políticos

Los Partidos Políticos son los principales actores políticos en las sociedades contemporáneas, llegando a ser el puntal sobre el que se asientan los Estados modernos, la democracia de masas y la política moderna. Los tipifican varias características, entre ellas: organización duradera cuya esperanza de vida sea superior a sus dirigentes; organización local aparentemente duradera, que mantenga relaciones regulares y variadas con el nivel nacional; con voluntad de tomar y ejercer el poder y no solo influir sobre él; deseo de buscar apoyo popular a través de las elecciones; canalizar intereses nacionales; organización dotada de un programa de gobierno de la sociedad en su conjunto [Ruiz].

Los grupos de individuos relacionados con la esfera del partido, según Molas (1975) y Panebianco (1990] a grandes rasgos: los miembros (afiliados que pagan cuotas) y los no miembros. Dentro de los primeros: los dirigentes (líderes o elites responsables del funcionamiento), los permanentes (trabajan establemente y cobran un sueldo), los militantes -creyentes o arribistas - (realizan un trabajo preparando reuniones, campañas, congresos, actos públicos) y los afiliados (realizan muy poca o ninguna actividad). En el grupo de los no miembros están los simpatizantes (votan, defienden y difunden las ideas del partido) y los votantes fieles (se limitan a votar en las elecciones) [Matas].

Un partido político puede ser descrito en términos del propósito para el cual fue organizado, las características de sus miembros o los métodos empleados. Debe hacerse una distinción entre la función de un partido (nominar candidatos, hacer campaña y asumir responsabilidades de gobierno) y los objetivos de un grupo de presión (influir en el gobierno para obtener acciones compatibles con sus intereses) [Rodee].

Las funciones de los partidos políticos, tomando en cuenta las observaciones de Antonio González Casanova, pueden sintetizarse en la siguiente enumeración: a) socialización política y creación de opinión a través de la divulgación de sus programas políticos; b) armonización de intereses, por medio de sus programas de gobierno pretenden consolidar reducir la fragmentación social; c) formación de elites políticas, como cuna de las mismas en las sociedades democráticas; d) canalización de peticiones de la población hacia los poderes, especialmente a través del sufragio; e) reforzamiento y estabilización del sistema político, convirtiéndolo estable y asegurando la propia continuidad de los partidos [Matas].

Tipológicamente se pueden dividir en partidos de cuadros, partidos de masas y partidos de electores. Los Partidos de Cuadros, son los primeros en aparecer, determinados fundamentalmente por el sufragio restringido limitado a ciudadanos contribuyentes y de formación intelectual (censitario y de capacidades), produciendo un reducido censo electoral. Llamados de cuadros, de notables o parlamentarios electorales, cuyos rasgos eran: a) buscan reunir a notables, por prestigio o fortuna, que permitieran cubrir los gastos de campaña y atraer votos; b) de estructura interna muy flexible, con el papel predominante de los parlamentarios; c) defensa de las ideas absolutista o liberal (resultado del enfrentamiento aristocracia - burguesía de donde reclutaban sus bases) [Ruiz].

El Partido de masas [Duverger] o de organización de masas [Sartori], nace en la segunda mitad del siglo XIX, con la conquista del sufragio universal y el asociamiento obrero, llamado partido militante, cuyos rasgos son: a) reclutamiento masivo buscando la financiación de las campañas electorales de candidatos obreros, seleccionados mediante congresos locales y nacionales; b) educación política, mediante reuniones de base, a través de cursos de formación para ejercer derechos recién adquiridos (sufragio, asociación); c) organización más rígida y desarrollo de un aparato burocrático, grupo de dirigentes interiores que predominan sobre los parlamentarios; d) mayor disciplina de voto, con ideologías socialistas al inicio, imitados más tarde por los comunistas y facistas y democristianos, de bases sociales en la clase obrera y popular, abriéndose posteriormente a la pequeña burguesía [Ruiz].

Duverger establece otro tipo de partido, los intermedios, partidos indirectos y los de los países en desarrollo, ambos más cerca del esquema de los partidos de masas. Los indirectos se caracterizaban por estar formados por representantes de los sindicatos, cooperativas, mutuales y organizaciones intelectuales, siendo militante a través de las organizaciones que lo formaban y no por afiliación directa. Los de países en desarrollo se caracterizan por la gran distancia que existe entre el círculo de dirigentes y la masa de los miembros y donde la autoridad de los dirigentes políticos tiene un carácter personal más acentuado como elemento esencial de la cohesión del partido y de la adhersión de sus miembros [Duverger][Ruiz].

Modernamente, Otto Kirchheimer añadió un nuevo tipo de partido, esquema modificado del partido de masas: el partido de electores o partido de votantes, donde todo objetivo se vuelca a la escena electoral, buscando: a) audiencias más amplias, dirigiendo sus esfuerzos más al electorado que a la militancia; b) ofrecer programas de agregación sin rigidez doctrinal ni ideológica, para atraer el máximo número de votos, recogiendo las demandas de muy diversos grupos sociales [Matas][Ruiz].

Stein Rokkan (1982), tomando en cuenta la evolución histórica y el contenido ideológico, propuso su tipología de partidos fundamentado en los ejes de conflicto (cleavages) sociales que se producen paralelamente al proceso de formación de los estados nacionales y a la revolución industrial, convencido de que los grandes conflictos políticos históricos han influido decisivamente en la creación de los partidos. Estos ejes serían: a) formación de estados centro periferia (partidos centralistas y partidos independentistas); b) relaciones Iglesia Estado (partidos confesionales y partidos laicos); c) industrialización (partidos urbanos y partidos agrarios); y d) separación del trabajo asalariado y del capital (partidos de propietarios y partidos de trabajadores) [Matas].

Por otra parte, la regulación jurídica de los partidos políticos ha pasado por 4 etapas, según Triepel. Inicialmente la etapa de la hostilidad del Estado hacia los partidos, considerándolos organizaciones que ponían en peligro los valores del régimen liberal. Una segunda etapa de indiferencia. La tercera etapa de legalización de algunas actividades políticas. Finalmente, la cuarta etapa de incorporación de los partidos políticos al mecanismo estatal. El sistema jurídico más usual es el sometimiento a la legislación a través de leyes especiales de partidos políticos en la generalidad de los casos. En casos especiales, sometidos a la legislación común de las asociaciones con personería jurídica (Francia) o como asociaciones no reconocidas sin personalidad jurídica e ignoradas por el ordenamiento (Italia ) [Ruiz].

 

C. Los Sistemas de Partidos

La batalla de las ideas políticas puede ser realmente una racionalización verbal de los reclamos rivales por la autoridad y no diferencias ideológicas y generalmente los partidos políticos proveen las reglas de la competencia y la maquinaria por medio de la cual se alcanzan las decisiones. En este sentido se han desarrollado varios sistemas de partidos en la búsqueda del gobierno representativo, encontrándose varias categorías basadas en el número de partidos, factores ideológicos, su dimensión, los mecanismos con los cuales se mantiene en el poder, entre otros [Rodee].

Una tipología bastante desarrollada es la de Giovanni Sartori (1980) basado en la fuerza electoral de los partidos, en sus posibilidades de coalición y sus posibilidades de hacer variar la táctica y dirección de la competencia. Propone los siguientes tipos: 1) Sistemas de partido unico que monopoliza el poder político y no permite la existencia de otras fuerzas políticas. En los sistemas no democráticos pueden ser más o menos represivos, totalitarios con fuerte carga ideológica e imposición, autoritarios sin ideología fuerte o afán de penetración y los pragmáticos basados en criterios prácticos y de eficiencias con poca ideología. 2) Sistemas de partido hegemónico con monopolio del poder permiten la existencia de otros partidos legales pero no permiten la competencia política para el ejercicio del poder, aunque lleguen a tener representación parlamentaria. 3) Sistemas de partido predominante se caracterizan por la existencia de un partido que obtiene el apoyo de una gran mayoría de electores, lo que permite gobernar con mayoría absoluta, en un marco donde se da el pluralismo político. 4) Sistemas bipartidistas se caracterizan por la existencia de dos partidos principales (estructura bipolar) que consiguen en la práctica la totalidad de los escaños sumados y con diferencia reducida entre los dos, gobernando uno u otro sin necesidad de coaliciones, lo que provoca que ambos se acerquen y moderen sus posturas, evitando la disfuncionalidad social. 5) Sistemas de partidos de pluralismo limitado o moderado en los que el número de partidos importantes oscila de 3 a 5, generando coaliciones alternativas de gobierno; posee algunas semejanzas con el sistema bipartidista. 6) Sistemas de partidos de pluralismo polarizado o extremo se producen cuando 5 o más partidos políticos importantes y distanciados ideológicamente; en ausencia de mayoría existe tendencia a la formación de gobiernos de coalición, permitiendo alianzas muy diversas, creando una estructura multipolar, con mayor distancia ideológica entre partidos y mayor polarización de la opinión pública [Matas].

La oposición entre pluralismo de partidos y partido único caracteriza dos sistemas de luchas políticas: las democracias occidentales contemporáneas y los regímenes autoritarios. En los regímenes pluralistas, la discusión entre bipartidismo y multipartidismo es fundamental [Duverger]. Actualmente el monopartidismo está quedando relegado a muy pocas naciones en el mundo, a raíz de la caída del bloque socialista y los sistemas socialistas y la democratización de la sociedad.

Finalmente, todos los sistemas de partido son tendenciablemente estables y la existencia de uno u otro sistema está determinada por pocas variables relacionadas con factores socioeconómicos, históricos y culturales, tales como la geografía, la lengua, la cultura, la religión, la ideología, la economía y el régimen electoral [Matas][Duverger].


Citas:

DUVERGER, MAURICE

1987 Introducción a la Política. Editorial Ariel S.A. Barcelona.

MATAS DALMASES, JORDI

1996 Los Partidos Políticos y los Sistemas de Partidos. En CAMINAL BADIA, MIQUEL (coordinador). Manual de Ciencia Política. Editorial Tecnos S.A. Madrid.

RODEE, CARLTON C., ANDERSON, TOTTON & CHRISTOL, CARL

1957 Introduction to Political Science. Mc Graw Hill Company. New York.

RUIZ DE ARZUA, MIGUEL A. & VANACLOCHA B., FRANCISCO

1995 Los actores políticos y sociales. En Introducción a la Ciencia Política. Ramón García Cotarelo y Juan L. Paniagua. Universidad Nacional de Educación a Distancia. Madrid.


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